Letra C

Corpus de sang

corpus_de_sangUn dels documents més interessants de la Història de Catalunya, concretament de la guerra de Secessió, els fets de la qual van donar peu a la lletra de «Els Segadors», va ser redactat a Vinarós. Un testimoni de primeríssima mà va vindre aquí, fugitiu dels fets luctuosos que es van produir a Barcelona el dia del «Corpus de sang».

 

 

 

 

 

corpus_de_sang_2El protagonista era un dels servents més acostats del propi Virrei de Catalunya, el comte de Santa Coloma: «Carta del doctor Jacint Valonga trametent al Rei la declaració d’En Santiago Domínguez de la Mora, sobre la mort del Comte de Santa Coloma: «Señor:/ En esta villa de vinaroz, e examinado un testigo de vista, que se hallo presente en la desastrada muerte del Conde de Santa Coloma, virrey y capitan general del principado de Cataluña: remito copia de su deposicion, y aunque se ha recibido fuera de territorio, el notorio acceso a el y haver echado voz que soldados havian intervenido, justifica la accion a mi corto entender, y quando no sirva de mas que tener noticia del testigo y caso, me a parecido conveniente examinarlo, con que V. Mag. la tendra para los efectos que seran mas de su real servicio; cuia catholica persona guarde Dios largos años como la christiandad y sus vasallos havemos menester. DeVINAROZ y junio 21,1640. / Dr. Don Jacinto Valonga. (dintre hi ha un paper que diu el que segueix:) «En la villa de Vinaroz del Reyno de Valencia a diez y seys dias del mes de junio del año MCDXXXX. Santiago Domínguez de la Mora, natural de la villa de Niebla en la Andalucia, hedad de treynta y un años, testigo, jurado y interrogado, respondio sobre lo contenido en la cabeza deste proceso, y dice que acabada la campaña de Salsas, entro el testigo a servir al Conde de Santa Coloma de ayudante cerca de su persona. Y assi sirvió su cargo, asta que sucedio matar a dicho Conde como abaxo referira.

/ Y es que a siete deste mes de junio, dia del Corpus, por la mañana, entre las ocho y las nuebe, vio una pendencia el testigo en una calle de Barcelona (que comunmente la dicen el carrer Ample, junto a casa de Monrrodon) y oyo decir que en ella mataron un segador; y el deponiente haviendo oydo lo dicho, y por ver que se juntava mucha gente y que muchos se retiraban, principalmente soldados, tambien se retiro, y se fue a Palacio, y estando en el, luego successibamente vio que por junto Palacio passaban muchos segadores en camaradas, gritando y vozeando, visca la terra, mueran los traydores, aqui esta el traydor. Y habiendo llegado estas palabras a oydo de su Exª mando cerrar las puertas, y assi se hizo, y estandolo, luego empezo dicha gente de afuera a tirar arcabuzazos a las ventanas de Palacio, y el Conde mando se cerrassen, y que de adentro nadie tirase, y cerradas aquellas y sin tirar de Palacio, siempre de afuera continuaban en tirar dichas ventanas, gritando visca la terra y mueran los traydores, y como de dentro nadie ofendia, pusieron y pegaron fuego a las puertas de Palacio, lo qual obligo a que los religiosos del convento de San Francisco (que esta frontero a Palacio) saliesen con el Santissimo Sacramento debaxo del palio, llebando una vara el del obispo de Barcelona y otra el de Bique, y las otras, clerigos y personas ecclesiasticas, estuvieron muy grande rato en las puertas cantando, estando siempre el Santissimo Sacramento, y la gente que puso el fuego, no continuaron en querer quemar las puertas, y la leña y fuego que cabe ellas havia, se aparto, con lo qual se volvio el Santissimo Sacramento a su Yglesia, y los segadores y gran numero de gente que acudio gritando visca la terra y mueran traydores se fueron en la plaça delante Palacio, porque las compañias de la tierra los sacaron della, y pasando estovio entraron los Diputados en Palacio y hablaron a su Exª, y juntos el Conde y Diputados se salieron, y fueron a una torre que llaman de las pusas, orilla del mar, junto la tarazana, con fin de que su Exª se estuviesse alli, pareciendo ser puesto seguro para estar guardada su persona, yendo siempre a su lado el testigo. / Y habiendo unos que decian seria mas seguro estar en la tarazana, porque estando en ella habria comodidad de embarcarse, en caso de llegar a mayor aprieto. se fueron su Exª Diputados y demas gente a la dicha tarazana, donde dichos Diputados lo dexaron y se fueron. Y queriendo su Exª tratar de embarcarse, haviendo en dicha Tarazana algunos cavalleros deudos y amigos de dicho Conde, le dixeron no lo hiziese, que seria perder a la Ciudad, con lo qual no lo hizo. / «Y pasado medio dia entre una y dos horas poco mas o menos, llego grande numero de gente a las puertas de la Tarazana, y hallandolas cerradas hecharon fuego a ellas, y queriendo la gente y soldados que estaban en ella defender dicha puerta y reparar el quemarlas, mando el Conde no tirasen de adentro, porque seria mas irritarlos, y que se procurase reparar como pudiessen, y tratando de querer por dentro llegar al reparo del fuego, y en esse medio que su Exª. se embarcase en una galera que habia en Genoba, no pudieron conseguir lo uno ni lo otro. Porque desde dicha torre de las pusas, que señorea la Tarazana, tiraron tres cañonazos a la galera, y la hizieron retirar acia Monjui, i a arcabuzazos y mosquetazos desde dicha torre impidieron el llegar a dichas puertas a los soldados y gente que havia en la Tarazana, con lo qual quemaron y derribaron dichas puertas. Y estando ya su Exª y la gente de la Tarazana retraidos a un baluarte que ay en ella, viendo las puertas derribadas y entrar tanto número de gente, y que desde la dicha torre de las pusas les tiraban arcabuzazos, se salieron todos de dicho baluarte y de la Tarazana, y se fueron orilla el mar acia Monjui, con fin de embarcarse en dicha galera, yendo siempre el testigo y un capitan llamado Magi Esteba, que servia de maestre sala al Conde, acompañandole el uno a un lado y el otro a otro, caminando orilla el mar acia Monjui, llebandole en medio porque tubiese algun reparo a las balas que les tiraban y algun animo para sustentarse, porque caminaban por arenal, y haviendo ya caminado buen espacio de tierra y cansandose el Conde, se sento un poco; y luego obligado de ver los siguia tanta gente y que era el Conde de los ultimos, porque los soldados y otra gente de la Tarazana ya pasaban delante, se hubo de levantar y andar muy cansado y fatigado, y cargando siempre mucha gente amotinada, y tirandoles pedradas y arcabuzazos de la parte superior acia la montaña, fue forzoso que el Conde se volviese a parar, y ponerse al abrigo de unos peñascos por defenderse de dichas balas y piedras, y siendo en particular muchas las piedras que les tiraban gente de la misma tierra, empezo el testigo a dar vozes en lengua catalana, diciendoles no les tirasen que eran catalanes, a lo qual respondio uno de aquellos que tiraban las piedras, que era de la tierra, gritando que subiese Miguel Estebe, encargando siempre el Conde al deponente que no hablase en castellano, y cargando siempre mas gente baxaron a donde estaba el Conde, el testigo y Magin Estebe, muchos dellos que havia de segadores y gente de la tierra que por sus vestidos y aspectos se conocia, y luego dispararon un pistoletazo al testigo que no salio de cañon. Y preguntandole de donde era, respondio que era de Vique, procurando lo mejor que podia hablar catalan, y preguntando le uno de ellos, que era segador, quien era el que estaba alli, diciendolo por una persona del conde, y respondiendol el testigo no lo conocia, se llego uno de la tierra vestido con diferente trage de segador, hombre sin pelo de barba, hedad de cosa veynte años, trage de marinero, muy cerca del Conde i dixo, cap de Deu, aso es el Virrey, y sacando una daga de cosa de palmo y medio de largo, de dio a dicho Conde una puñalada por la boca del estomago que la clabo toda, y luego se llego otro hombre que era segador y era tuerto, con la cara de señales de biruelas, de estatura alta, y dio tres o quatro puñaladas al conde por la barriga, y queriendo el que dio la primera puñalada dar otra y teniendo ya lebantada la daga, dixo otro hombre dellos, no teniu que donarli mes que aquex home ya es mort, y luego hecharon mano de las faldrigueras del Conde, del testigo y compañero, y se les tomaron y sacaron lo que habia en ellas, y al testigo se le llebaron cosa de cien reales de plata, dos sortijas, tomandoseles quanto tenian, exceptado la ropa. Y dice el testigo que quando dichos hombres empezaron a dar al Conde dichas puñaladas, estaba su Exª. entonces con un desmayo tendido en tierra muy cansado y fatigado del camino, pero quando le dieron dichas puñaladas, vio el deponente que abrio la boca como que moria, y es seguro murio de dichas puñaladas y lo vio muerto. «Y al testigo y su compañero, por decirles que eran catalanes los acompañaron asta la ciudad dicha gente que mato al Conde, y en el camino toparon mucha gente amotinada, y entre ella era la mas de la tierra, y diciendoles los hombres que los llebaban y acompañaron que el traydor ya era mort, y que el testigo y su compañero aunque eran criados del Virrey eran catalanes y no tenian culpa, decian dicha gente que topaban que los matasen tambien, que todos eran traydores, y con esto dichos hombres los pusieron en casa de un cirujano que se llama Matas en el carrer Ample, en la qual cassa haviendo llegado a ella para curar al compañero que tenia una herida de una vala y tambien para curar al testigo y al otro compañero que fingio estava tambien herido, dixo dicho hombre tuerto a la mujer de dicho cirujano que el havia dado la vida al testigo y al otro compañero y que el era el que havia muerto al Virrey, y esto es la verdad, y lo que sabe, porque siempre estubo al lado del Conde, y le asistio desde que salio de casa con los Diputados, asta que le dieron dichas puñaladas y mataron. Per juram. / Fue leido y per. /st. Tiago Dominguez de la Moral./ Pasó ante mi Mathias estaban Capater, secret.». El document en questió es troba a l’Arxiu de la Corona d’Aragó – Consell d’Aragó- Secretariat de Catalunya -. L’hem extret del llibre de Ferran de Sagarra «Les lliçons de la Historia. Catalunya en 1640». Editat per l’Ateneu Barcelonés (Barcelona 1930).

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